Cuando la noche debería caer a tus pies, la luz del día no termina en un ciudad como Monterrey. Trae consigo tonalidades de azul y cafés, ademas de que te permita observar una maravillosa luna menguante. Pero eso no es todo, cuando la noche dice presente, la luces de una ciudad cosmopolita la acompañan. Existe vida que no es vida y una "funda" atrevida, que en un momento de su vida fue útil y ha sido tirada como basura, sobrevuela sus cercanías para llegar en algún momento a su destino donde se enmarañará con la tierra para permanecer por siglos conviviendo por un futuro drástico. De todas formas siento que Monterrey es la tierra de Dios cuando fue niño, me pregunto si ¿Aun seguirá siendo niño? a que voy con esto, que si tu miras la ciudad desde una altura conveniente es como un jardín de escolares, encuentras sillas en sus montes, loncheras de edificios, resbaladeras una seguida de otra, ...
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