MONTERREY- VISTA DESDE UN DEPARTAMENTO

Cuando la noche debería caer a tus pies,  la luz del día no termina en un ciudad como Monterrey. Trae consigo  tonalidades de azul y cafés, ademas de que te permita observar una maravillosa luna menguante. 

Pero eso no es todo, cuando la noche dice presente, la luces de una ciudad cosmopolita la acompañan. Existe vida que no es vida y una "funda" atrevida, que en un momento de su vida fue útil y ha sido tirada como basura,  sobrevuela sus cercanías para llegar en algún momento a su destino donde se enmarañará con la tierra para permanecer por siglos conviviendo por un futuro drástico. 

De todas formas siento que Monterrey es la tierra de Dios cuando fue niño, me pregunto si ¿Aun seguirá siendo niño? a que voy con esto, que si tu miras la ciudad desde una altura conveniente es como un jardín de escolares, encuentras sillas en sus montes, loncheras de edificios, resbaladeras una seguida de otra,  legos para construir fabricas, y antenas regadas como bastones, supongo que Dios sabría como que utilizarlos. 

Si embargo, las personas de esta tierra  se han encargados de construir una cuidad, donde prevalece el dinero, los juegos de azar y los edificios donde se maneja el capital y no es de imaginar mucho, que  la dignidad de muchas personas se vean por los suelos ya que tienen que vivir en casas de madera, construcciones incompletas, lugares abandonados de barandales gruesos y que sirven para  proteger sus pequeñas viviendas.  Pero si destaco algo es la  publicidad que muy convenientemente tapa la pobreza pero da la cara a la opulencia. 

Los cortos paseos que me he permitido me han demostrado que es una ciudad de grandes contraste, donde los montes más altos también son para gente de alto nivel económico y a pesar de que vez grandes muros que protegen grandes casas otras se muestran para que la gente como yo, intente deslumbrarse.

Algunas de esas casas se encuentran en la cima, creo que eso les sirve para ver solo arriba y olvidarse de la gente que vive abajo, montes pequeños aguardan casuchas y gente pobre a los cuales les  tildan de ser los lugares  más peligroso y se las considera las Fabelas de Monterrey.